En el Centro TS Borges, nuestra misión comienza en casa, en la zona norte de La Paz, Bolivia, donde trabajamos para ofrecer a jóvenes de entornos de bajos recursos una oportunidad única: reducir la velocidad, leer profundamente y encontrar significado en un mundo que a menudo recompensa la distracción por sobre la reflexión.

En una era marcada por la inteligencia artificial, donde la capacidad de atención está fragmentada y nuestra atención a menudo dura solo lo que dura un TikTok, muchos jóvenes están perdiendo la capacidad —y el espacio— de interactuar con la literatura en sus propios términos. Como escribió T. S. Eliot en Cuatro Cuartetos:

“Distraído de la distracción por la distracción
“Lleno de fantasías y vacío de significado”.

Esto es exactamente lo que pretendemos resistir.

Nuestros talleres gratuitos, impartidos por becarios y voluntarios internacionales, están diseñados para ayudar a los estudiantes a redescubrir el poder de la lectura, no como una obligación, sino como una puerta. Una puerta a las ideas, a los sueños, a las voces de otros siglos y países. Para comprender que tras una sola frase se esconde un mundo. Que una historia, leída con atención, puede revelar más que los algoritmos.

Creemos que cultivar este tipo de atención —la necesaria para leer, pensar e imaginar de verdad— es un acto radical. Y uno que la próxima generación de Bolivia merece tanto como cualquier otra.